Novalis y la patria del mundo interior

En cierto sentido, el mundo interior me pertenece más que el mundo exterior. Es tan cálido, tan familiar, tan íntimo… -quisiera uno vivir íntegramente en él-, es una verdadera patria. ¡Lástima que sea tan impreciso, tan parecido al sueño! ¿Por qué será que lo más verídico, lo mejor, tiene un aspecto tan irreal, y que lo irreal parece tan verdadero?

Novalis

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