El Dios estético de los románticos

Los románticos necesitan un Dios estético, no tanto un Dios que ayuda y protege y funda la moral, cuanto un Dios que envuelve de nuevo el mundo en el misterio. Sólo así puede evitarse el gran bostezo ante un mundo desencantado hasta el nihilismo.

Rüdiger Safranski, Romanticismo, Una odisea del espíritu alemán.  

August Riedel, A Girl Bathing, 1837.

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